viernes, 2 de septiembre de 2011

NO A ESTA REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN

El domingo 28 de agosto, miles de personas en toda España se manifestaron en contra de la reforma de la Constitución pactada entre el Gobierno, el grupo parlamentario del PSOE y el PP. DRY no sólo está en contra de que no se permita a los ciudadanos votar una modificación de la Constitución del calado de la pactada en el Parlamento, sino que también está en desacuerdo con la propuesta planteada para limitar el déficit si no va acompañada de medidas suficientes para garantizar nuestros derechos.

Como nos opusimos a la corrupción de la clase política el 15M, nos oponemos ahora a que los beneficios económicos de unos pocos, que han especulado con nuestro dinero, hagan que sacrifiquemos nuestros derechos más elementales. Al igual que ocurre con algunos de los privilegios injustificados de los políticos y con la malversación de fondos, cuando se cierra una biblioteca para pagar a quien ha especulado con la deuda se está malgastando el dinero público. Estamos en contra de que se despilfarre de cualquier modo el dinero que el estado obtiene del esfuerzo de los que trabajan.

La aplicación de esta medida a día de hoy supondría la imposibilidad de hacer frente a partidas presupuestarias del tamaño de las destinadas a nivel nacional, por ejemplo, al desempleo y a la sanidad juntas. A menos que una medida como ésta sea debatida junto con los medios necesarios para la supervivencia de los derechos fundamentales de nuestra sociedad, como la educación o la sanidad, supone un ataque frontal a los más elementales principios que han regulado nuestra convivencia. La política fiscal y la regulación del mercado han de sufrir severos cambios si una medida como la del techo del déficit es aplicada. Los que más tienen han de pagar más, la especulación ha de ser limitada y el fraude fiscal debe ser combatido. No veremos desaparecer nuestros derechos más básicos para garantizar los beneficios de quienes se enriquecen a nuestra costa.

Por lo tanto, DRY apoya cualquier expresión pública, legal y no violenta, de rechazo a esta medida. Ha llegado el momento de que sea nuestra confianza la que preocupe a los políticos, no sólo la de los mercados. Hay alternativas al sacrificio de nuestros derechos. No a esta reforma de la Constitución.