La protesta por la injusticia que supone la ley hipotecaria y la ley de enjuiciamiento civil que condenan a las familias al desahucio, se ha centrado hoy en el caso de Rosario y Emilio, así como en el de Orlando. Las citadas leyes vulneran el derecho fundamental a la vivienda de estas familias y las condena a pagar una deuda desorbitada de por vida.
Al inicio de la acción, los primeros integrantes del grupo, así como los propios afectados, se encuentran con dos furgonetas de la policía nacional en la acera de enfrente y con varios miembros de seguridad privada del banco Santander dentro de las oficinas. El personal de seguridad del Santander, obedeciendo órdenes “de arriba”, informa de que no se va a permitir el paso al interior de la sucursal, pese a que la acción es de carácter público y pacifico por definición, ya que se trata de un acto de desobediencia civil*. Ante este impedimento, se decide cambiar de planes y varias de las personas que iban ya de camino hacia Recogidas son informadas de la situación, con la consecuente decisión conjunta de que, de uno en uno, se introduzcan en las oficinas centrales del Santander en la Gran Vía.
Una vez dichas personas “infiltradas” ya están dentro de las oficinas y son un número considerable se comunica al resto del grupo que, siendo cada vez más numeroso y aún aguardando en las puertas de las oficinas de Recogidas número 13, se dirigen hacia las oficinas centrales de Gran Vía, pancarta en mano de los propios afectados y al grito de “¡No nos mires, únete!”, “A ti que estás mirando, ¡también te están robando!” o “¡Basta ya de la estafa inmobiliaria!”.
Estando ya el grupo completo dentro de las oficinas centrales, se comienza a “empapelar” paredes, columnas y cristales con pegatinas en las que se puede leer: “Este banco engaña, estafa y echa a la gente de sus casas. ¡Que se sepa!”, mientras se empiezan a escuchar cánticos como “Banquero, banquero”, “Ovi ova cada dia nos roban más” o el ya clásico "¡No hay pan para tanto chorizo!".
Tras casi una hora de cánticos, gritos y pegatinas, se sale a la calle Gran Via, a la puerta del Banco para gritar a los cuatro vientos que el Santander no da solución a los casos de Orlando, Rosario y Emilio. En el caso de Orlando el Santander no acepta la dación en pago; en el caso de Rosario y Emilio se niegan a la dación en pago retroactiva. En ambos casos se niega el Santander a cualquier tipo de acuerdo o negociación. Tan sólo ofrecen una única alternativa: que los afectados entreguen las llaves del piso junto con la concesión de un nuevo crédito para poder hacer frente a la desorbitada deuda contraída con el banco debido a la vivienda que reclaman. Como es lógico, en ambos casos los afectados rechazan esta opción.
Historia de los afectados:
CASO DE ROSARIO Y EMILIO
Rosario y Emilio viven junto con sus dos hijos y el padre de ella en un pequeño piso del Zaidin por el cual se hipotecaron. Un mal día Emilio, tras una larga trayectoria de más de diez años en la hostelería, se ve en el paro. Al mismo tiempo Rosario, que trabajaba en un comedor a media jornada y a la vez hacía horas extra en la limpieza de domicilios particulares, sufre un accidente en una pierna por el que recibe cerca de 80 puntos, lo que le inhabilita para su segundo trabajo. Por tanto, de repente, la familia se ve abocada a tirar hacia adelante con los apenas 400 euros que percibe Rosario de su trabajo a media jornada.
Debido a esta situación no pueden hacer frente a su hipoteca y desde abril de 2010 el banco es informado en todo momento de ello. La predisposición de la familia siempre es la de llegar a un acuerdo para ir cumpliendo con la hipoteca como fuese posible. El Banco Santander y su financiera el Santander Consume, sin embargo, se niegan en rotundo a cualquier posible acuerdo. Desoyendo todas las propuestas de la familia, el Banco Santander le ofrece una única alternativa: entregar las llaves del piso al banco ipso facto y facilitar un nuevo crédito a la familia de Rosario y Emilio para responder a la deuda de más de 150.000 euros que habían contraído por un piso que, si aceptaban esta opción, ya no tendrían. Ante esta situación desesperada el banco subastó el piso, lo compró mediante su empresa inmobiliaria filial y actualmente se niegan a la dación en pago retroactiva; es decir, quieren echar a la familia de Rosario y Emilio a la calle condenándolos a su vez a una deuda de por vida.
CASO DE ORLANDO
En septiembrer de 2006 Orlando compra su vivienda en la que vive junto con su hijo. Desde esa fecha Orlando ha ido abonando regularmente todas las mensualidades de su hipoteca con los ingresos que adquiría de su sueldo como peón de la construcción. En el año 2008 pierde su puesto de trabajo y empiezan las dificultades económicas hasta el punto de que, desde hace cuatro meses, le es imposible abonar las coutas de su hipoteca. La disyuntiva es atender las más básicas necesidades suyas y de su hijo o bien hacer frente a la hipoteca.
El banco Santander ha desoído desde entonces todas las propuestas para solucionar el asunto, ofreciendo como única propuesta iniciar el proceso ejecutivo para apropiarse de la vivienda a la mitad de su valor y después reclamarle la diferencia entre el valor actual de tasación y la cuantía por la que se adjudicara la vivienda; es decir, quieren echarlo a la calle y además condenarlo a la marginalidad a causa de una deuda exagerada e injusta.
* John Rawls en su obra Teoría de la justicia sostiene siguiendo a Bedau, que la desobediencia civil es: "un acto público, no violento, consciente y político, contrario a la ley, cometido con el propósito de ocasionar un cambio en la ley o en los programas de gobierno. Actuando de este modo apelamos al sentido de justicia de la mayoría de la comunidad, y declaramos que, según nuestra opinión, los principios de la cooperación social entre personas libres e iguales, no están siendo respetados."
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